3 conceptos básicos sobre el ahorro

Estoy más que segura que el otro día, hablándote de lo negro que está el futuro para cobrar la jubilación y que todo dependiera de ti… hice que se sembrara la semilla de la duda.

¿Debería empezar a ahorrar?

¿Pero cómo lo hago? 

¿Qué tengo que tener en cuenta?

Luego, empezarías a pensar en otras cosas más importantes… y acabarías olvidándolo.

Mi misión durante un tiempo fue impartir miedo.

Miedo a perderlo todo, a no tener absolutamente nada.

De hecho, es el miedo lo que lleva a un rebaño de ovejas a estar juntos… Seguir lo que hagan los demás.

Pero las ovejas, igual que los peces, tienen una memoria de mierda.

El ser humano, sin embargo, es capaz de recordar. Si no, ya me dirás tú cómo somos capaces de recordar todas las palabras para hacer una frase.

Yo recuerdo la sensación de angustia cuando pensé que podía quedarme sin nada, y eso que no tenía obligaciones. (Llámese quedarme sin trabajo, no poder pagar el alquiler… y tener que volver a casa de mis padres… después de 5 años de independencia)

También me acuerdo cuando mi madre me creó la sombra de la duda para comprar casa, aunque de eso hablaremos otro día.

Ahorrar es como dejar de fumar.

Si quieres, puedes hacerlo.

En cambio, si lo vas a hacer por obligación… Permíteme decirte que fracasarás.

Sin embargo, si ahorras porque quieres conseguir algo, lo que sea… Hay una serie de cosas que debes saber

Tipo de interés

Hace años, daba clases en una academia para una de las asignaturas más útiles de mi carrera, y que creo fervientemente que todos deberíamos saber. (Si ahora no las doy… es porque me crujen en Hacienda)

¿Su nombre? Análisis y Valoración de Operaciones Financieras, o AVOF, como la llamábamos nosotros. Un nombre horrible, pero fundamental para entender por qué un banco trabaja como trabaja.

La primera regla es de sentido común: 

Vale más un euro en mi bolsillo que en el tuyo

Fundamentalmente, porque a mí el euro de tu bolsillo no me sirve para nada, pero si me lo dejas… Puedo tomarme un café.

Eso sí, como hay una posibilidad de que yo no te lo devuelva, y tú asumes un riesgo por dejármelo… yo voy a tenerte que dar algo a cambio, porque para que me beba el café yo y no te de nada, seguro que prefieres bebértelo tú.

Me vas a exigir unos intereses.

Cuanto más tiempo me lo dejes, más intereses tendré que pagarte, porque como nadie sabe lo que va a pasar mañana, la semana que viene, el mes que viene, dentro de un año… Ante esa incertidumbre, tú vas a exigir una compensación más grande.

Necesidades personales, seguridad y sentimiento respecto al riesgo

Teniendo en cuenta que eres tú el que me está dejando el dinero, creo que querrás una fecha concreta para que yo te lo devuelva, ¿no?

Bien porque lo necesitas para algo, bien porque crees que ya vale de que sea una gorrona.

Situación A – me lo prestas con condición de que te lo devuelva en X tiempo, porque lo vas a utilizar tú

Aquí… Hay un contexto de necesidad

Si yo no te lo devuelvo, y tú no lo has conseguido… puedes tener un problema, o tener que pagar unos intereses a alguien para que te lo deje.

Situación B y C- no lo necesitas

Te da igual tenerlo ahí, como si estuviera en un cajón bajo llave…

La diferencia en este punto, frente al anterior… está en que, B: como yo voy mal de pasta, vas a pedirme más dinero a cambio que, por ejemplo, si se lo dejaras a C: tus abuelos jubilados (que todo lo que tienen es “para dejárselo a mis hijos”)

Mayor riesgo, mayor tipo de interés

¿Con cuál te identificas?

Si te sientes más identificado con la opción:

  • A – Averso al riesgo – al César… lo que es del César. No quieres perder porque puede suponer un problema para ti, por lo que tienes aversión al riesgo… Lo evitas por encima de todas las cosas
  • B – Propenso al riesgo – sabes que a mayor riesgo, si ganas… mayor satisfacción. Puede llegar a causarte adrenalina. Te gusta jugar para ganar.
  • C – Indiferente al riesgo – Muchos hablan de conformista. Si ganas, perfecto. Si te quedas igual, no pasa nada… Pero es que si lo pierdes, tampoco te quita el sueño.

Horizonte temporal

El tiempo, nuestro gran amigo.

Marcarse un objetivo de ahorro suele ser para hacer algo.

Yo, por ejemplo, cuando empecé a trabajar, el día que cobraba la nómina sacaba 50 euros y los metía en una hucha (aunque a veces le robaba con la misma facilidad y cambié mi estrategia).

Con lo que había en la hucha, me financiaba unas vacaciones, o me iba de compras a lo grande… hasta que se gastaba.

Mi horizonte temporal era cortoplacista, sabía que me lo iba a gastar en unos meses, un año… o máximo año y medio. Con 300, 600 o 900 euros la verdad que mucho más no se podía hacer jajajaja.

Según el objetivo que te marques, y el tiempo en que crees que lo vas a necesitar hacer… ya sea comprar una casa, la jubilación, tener un colchón de seguridad, comprar un coche… vas a marcarte un plazo u otro.

Normalmente, tendemos a pensar en el corto plazo, en la satisfacción inmediata. No obstante, hay más.

Principio de urgencia

Si lo vas a necesitar de forma inminente en un momento determinado, cercano… puedes elegir un producto que sea más flexible para recuperarlo, aunque te de menos rentabilidad (o intereses), únicamente porque te asegura que, llegado el momento, lo vas a tener.

Cuanto más lejano sea, como puede tratarse en el caso de la jubilación… Se pueden elegir productos más volátiles y que te generan una mayor rentabilidad a largo plazo, pero que es casi imposible tocar a corto plazo.

En finanzas, básicamente, todo se resume a:

  • ¿Cuándo lo quieres? – horizonte temporal
  • ¿Cuánto estás dispuesto a arriesgar para ganar? – sentimientos de aversión o propensión respecto al riesgo
  • Precio del dinero – tipo de interés

Si algo no ha quedado claro, o no me he explicado lo suficiente, te animo a que lo preguntes, bien en los comentarios, o por privado (escribiendo a ana@imperfectos.es)

Si quieres más… suscríbete

Deja un comentario

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Ana Chacorrén.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Site Ground (https://www.siteground.es/privacidad.htm) que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad