Mañana es Nochebuena.
Si eres de Papá Noel, lo siento, este artículo tendrás que guardarlo para el año que viene. Sin embargo, si eres de Reyes… Y apurador hasta el último minuto (y tu familia también), estoy más que segura de que te sirve.
¿Por qué? Porque hoy voy a hablaros de los regalos de Navidad.
¡Correcto! Me ha pillado el toro a la hora de hablar de este tema jajajaja
Y es que, aunque me gusta mucho abrir regalos (imagino que, como a todo el mundo), cada vez me gustan menos los regalos de fechas señaladas como esta…
Básicamente, por 3 razones:
- Ooooodio, literalmente, las aglomeraciones en las tiendas, las calles donde están esas tiendas (más aún si voy en el coche, que parece que quiera matar a todo el mundo porque no encuentro aparcamiento y encima tardas 5 minutos en cruzar una calle que costaría de normal menos de uno)
- Suponen un desembolso económico importante
- Son regalos socialmente obligados
O lo que es lo mismo: te dedicas a esquivar a gente sin control, para pagar por algo que igual no necesita o no quiere realmente, sólo porque está mal visto no hacer un regalo para Navidad.
Totalmente absurdo.
Por eso, este año quiero que tanto tú, como yo, sorprendamos, y recuperemos un poquito el espíritu de los regalos de Navidad de siempre 🙂
Índice
No ha sido idea mía, y no es algo innovador, jajajaja. Peeeeeeeeeeeero la primera vez que recibí una fue hace dos años, de una amiga mía, y la verdad que encontrarse estas cosas entre facturas te sacan una sonrisa.
Porque para qué engañarnos… El correo postal cada vez es más ruinoso. Facturas, bancos, citaciones médicas… Ni una que te haga sonreír.
Además, es económico, y quedas como un señor.
¿Qué materiales necesitas?
- Cartulina tamaño folio (hay paquetes de varios colores, yo este año las voy a hacer rojas y verdes)
- Fotografía
- Rotulador
- Sobres y sellos
Coge la cartulina y córtala por la mitad. De esos A5 que se quedan, dóblala por la mitad
Opción A – versión pro
Pon la foto encima, centrada, y marca con un lápiz dos puntos en cada esquina de la foto, como a medio centímetro de la punta. Cuando hayas marcado todos, ¡empieza lo difícil!
Desdobla la hoja, coge unas tijeras con la punta afiladísima (ejemplo: las de coser) y doblando ligeramente la hoja por las marcas, corta.
Por si no me explico muy bien, lo que queremos es meter las esquinas de la foto por esas ranuras 🙂
Puedes decorar la caratula con algún dibujo bonito, a modo de marco, y poner tu Felicitación totalmente personalizada dentro.
Opción B – versión amateur
Esta es mi versión, porque soy negada con las manualidades (aparte, no tengo paciencia para estas cosas, y si me lo planteo acabo diciendo que no tengo tiempo, cosa… que es mentira)
Más rápido, menos estético… ¡Pero hecho con buena intención!
Amigo invisible… en vez de un regalo por cabeza
Más de una vez me han contado que, para romper el papelito y quedarte con un detalle, han hecho el amigo invisible dentro de la familia, en vez de comprar un regalo por cada miembro.
Y es que, según cómo sea tu familia de grande, y el presupuesto por cabeza… los 300EUR puede ¡no quitártelos nadie!
Regalo hecho a mano
Cuando hablamos de regalos hechos a mano, la mayor excusa que pone tooooodo el mundo (yo incluida) es:
“Es que yo no soy buena en manualidades”
Esto es verdad, pero un regalo hecho a mano no tiene por qué ser una obra maestra de manualidades… Contesta a estas preguntas:
- ¿Qué sabes hacer tú mejor que la persona a la que se lo vas a regalar?
- ¿Puede resultarle útil?
- De primeras, ¿lo compraría? ¿O crees que no se lo ha planteado jamás?
¿Crees que me he vuelto loca? ¿O empiezas a hacerte a la idea de qué es lo que puedes regalar si no quieres una manualidad?
Regala tiempo
Dicen que eres una proyección de las 5 personas más influyentes de tu vida, que suelen ser tus cinco personas más cercanas. Da igual que sean amigos, familiares… con los que más tiempo pases.
O lo que es lo mismo, tú también influyes a las personas que te consideran importante para ellos. Por eso, y aquí es un doble regalo… Ofrécele tu tiempo de forma desinteresada.
Es más, ofréceselo para darle aún más. Tu regalo casero es tu conocimiento, tu tiempo, y tu experiencia. ¿Por qué lo digo?
- Puede que necesite ayuda con algo que sólo tú puedes hacer por él, enseñarle a él. No le des pescado, dale la caña y enséñale a pescar.
- Igual no había pensado aprender eso, o reforzarlo, antes de que tú se lo ofrecieras.
- Te enseñe él algo a ti, y me explico: por mucho que sepamos de algo, cuanto más sabemos… más vicios cogemos. Cuando se lo explicamos a otra persona, y nos empieza a preguntar, nos hace pensar, darle otra vuelta de tuerca…
Cuando enseñamos, simplemente por el hecho de compartir tiempo, aprendemos. Porque en eso se basa la sociedad, en evolucionar como un conjunto, simplemente por el hecho de relacionarnos.
Aparta la excusa de no tengo tiempo, porque siempre vas a tener tiempo para hacer lo que te interesa. Y tu entorno te interesa, ¿verdad?
Quedad, o excursión… fuera de casa
Tanto con la familia como con los amigos, se suelen dar más regalos que tiempo juntos. Es cierto que quedáis para intercambiar regalos, pero… ¿Y si el regalo fuera un día juntos? ¿Un fin de semana?
Vale que no todos tenemos la misma capacidad económica, pero al final… Se trata de estar juntos, ¿no? Se puede amoldar al presupuesto de los demás.
Visitar un lugar
No tiene por qué ser un fin de semana, o un puente. Puede ser simplemente ir a pasar el día. Por ejemplo, en mi pueblo siempre hacen un viaje en verano a pasar el día en la playa.
Se alquila un autobús, se sale a las 7 de la mañana para estar en la playa a las 10, y a las 8 de la tarde se recoge todo el mundo de la playa para estar en casa a las 11.
Igual que te digo que alquilamos un bus, otras veces nos hemos ido a Logroño en tren para pasar el día, al Moncayo, al Monasterio de Piedra, a los Mayos de Riglos, Loarre, Erandío… Y un largo etcétera.
Estoy más que segura que tenéis sitios preciosos para pasar el día, y para disfrutar. Y gastando lo que más rabia os dé 😉
Cenar por ahí
Hay cenas, y cenas. Igual que hay restaurantes… y restaurantes.
Y lo solemos escoger según la ocasión.
Lo cierto es que no hay que salir de la ciudad para celebrar nada, o gastar mucho dinero para disfrutar. De hecho, yo me he gastado un dineral en una cena que no me ha dicho nada, y me he gastado cuatro duros por otra que me ha dejado felicidad semana y media sólo por recordarla.
¿Que no hay presupuesto? No hay problema, elige una tasca destartalada con buen producto. ¿Que lo hay? Elige la tasca destartalada con buen producto… o un chirimiri con postureo, siempre y cuando haya buen producto también (que algunos no es el caso)
Actividad (deportiva)
En invierno parece que, si no esquías o haces snow, no haces nada. Es lo mismo que el verano sin ir a la playa…
Sin embargo, se pueden hacer actividades en grupo.
¿Lluvia? Haz un Escape Room por equipos de amigos, y rétales a superarte. Activa tu mente.
¿Día soleado? Abrígate y da un paseo por la naturaleza.
¿Nieve? ¡Raquetas! Las he descubierto no hace mucho y la verdad que me encantaaaannnn.
¿No te apetece salir a la calle porque hace un frío que pela? Bueno, esto de deporte y/o deportividad tiene poco, pero… ¿Quién dice que no a un día de balneario? Relax ya, por dios.
Incluso si tienes pista de hielo, te reto a que vayas a patinar. Consejo: ve después de comer, o ¡habrá más tráfico que cuando sales de trabajar!
¿Con peques? Los niños tienen otra temperatura corporal que no conoce límites, así que… abrígate bien y ve al parque, que allí acabarás corriendo y entrarás en calor rápidamente.
Y, hablando de pequeños…
Regla de 4 para los regalos a los más pequeños…
Igual que he hablado ya del síndrome de la pelotita de los niños pequeños… Afirmo desde que soy tía que los niños pierden el interés en un regalo antes de que canta el gallo.
También te digo, y aquí me baso únicamente en mi experiencia propia. Lo que más valora un niño es que le prestes atención. Pero, ¿cómo prestársela si lo único que quiere son millones y millones de regalos?
Fácil: límites.
Para concienciarlos desde niños a que tienen que empezar a tomar decisiones, hay que limitarles los regalos y no darles todo lo que piden.
Porque lo que se hace voluntariamente una vez… acaba convirtiéndose en una obligación.
Algo que quiere
Todos tenemos, o hemos cogido, el panfleto de regalos de El corte inglés, con sus pegatinas cuquis para que se entretengan eligiendo.
Cuando ya han hecho su preselección, lo importante es que acaben limitándolo a uno solo.
Si por mi sobrina hubiera sido, como regalo de mi viaje de vacaciones hubiera tenido un Furby. Lo siento, 80EUR como detalle, cada vez que me voy de viaje (porque siempre que sales hay que comprar algo… y si cuento puentes pueden ser unas 5 veces al año) más cumpleaños, más celebraciones familiares…
Noup, porque más de una vez veo una pijada que me hace gracia y que creo que podemos explotar entre las dos… y no reparo, pero porque me sale a mí jajajaja.
Algo que necesita
Este regalo lo eligen más los padres que los hijos, y aquí… no queda otra que morir al palo. Si piden, regalas eso.
Algo que vaya a llevar puesto
Aquí puede ser que lo pidan los padres, pero con intervención del niño. Bien porque se lo ha probado y es el que le gusta, bien porque has ido a una tienda con el enano y has visto que lo miraba con ojos de adoración absoluta, y pasando de todos… le das el capricho porque sabes que todos los demás pequeños van a llevar esas deportivas con lucecitas.
Algo que vaya a leer
Cultura, amigo mío.
A primeros de Diciembre, hablábamos en el trabajo que, con esto del Black Friday, estamos creando a gente inútil que lo quiere todo para antes de ayer.
Y digo hablábamos, porque yo me puse a despotricar porque se colapsaron varias agencias de transporte por la cantidad de paquetería para particulares que habían aprovechado las gangas… y mis clientes se quedaban sin lo suyo a tiempo.
Además, si cada vez los niños se centran más en ver vídeos en tablets y móviles, con las televisiones inteligentes… y cada vez leen menos…
Blanco y en botella. No quieras fracaso escolar para tu hijo. Oblígale a leer, y a pasar tiempo sin la caja tonta. Estimúlalo.
Haz que piense por sí mismo, y diferéncialo.
Que no sea una copia más…
Compras locales
Aprovecha las compras locales.
Ya que hemos hablado del Black Friday, y de las copias… Sé original, sé diferente a los demás, y mira por tu entorno.
Vale que todos queremos precios baratos, rapidez y exclusividad.
Sin embargo, ¿qué exclusividad conseguimos cuando compramos a cadenas?
Yo ninguna, tú no lo sé…
Por eso, te reto a que el próximo regalo que hagas, antes de ir a centros comerciales, donde siempre abren los mismos, te des una vuelta por calles de tu ciudad o de tu pueblo, entres a las tiendas y eches un vistazo.
Mezcla compras locales con esta selección de regalos alternativos, y sorprende a los que te rodean.
Porque tú, ¿sigues a las masas? ¿O sorprendes cuando abren el regalo?