Controla tus Finanzas Personales

Hay un mito, abrumadoramente irrisorio, en el que se dice que… las finanzas personales son complicadas.

Bueno.
No lo son.
Hasta un niño de diez años podría gestionarlas.

No. No me mires así.
Hablo en serio.
Las finanzas personales puede llegar a ser algo tan simple como… sumar y restar.

¿Sabes sumar y restar?
Bien. En ese caso, puedes poner tus números en orden.
Y, si no sabes… No te preocupes, tienes la calculadora del móvil. O del ordenador.

Eso sí que lo tienes. Si no, no podrías estar leyéndome 😉

El problema que aparece, y no voy a descubrirte América con todo esto… es la diferencia entre:

  • Saber sumar y restar…
  • Y ser capaz de gestionar un presupuesto.

Ahí, la cosa cambia.
Has escuchado, una y otra vez, que para cubrir la inflación tienes que ganar más dinero, tienes que saber invertir, tienes que rentabilizar tus ingresos.
Y sí, parte de razón… tienen.

PERO.
Si no sabes primero los fundamentos… estás jodido (agradecido, no).

Ley NO financiera, aplicada al mundo de hoy

La Ley de Parkinson se asocia a la gestión del tiempo.
Pero es igual de importante aplicarla al mundo financiero.
Por un solo motivo.

Me jugaría la mano derecha, y no la perdería… (No lo voy a hacer, que no me gusta apostar) A que no ganas lo mismo que cuando empezaste a trabajar.

Sin embargo, cuando decidiste ahorrar… el primer pensamiento fue: «Cuando gane más dinero… ahorraré«
Y, cuando empezaste a ganar más dinero… Adecuaste tus gastos, expandiéndolos hasta cubrir todo lo que ganabas.

La ley de Parkinson afirma que «El trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine«.

Oh.
¿Será por eso que aparecen frases tan trilladas como «Empieza a ahorrar hoy», «No esperes a mañana»?

Mi madre, en cambio, siempre me dice:

Mas joven que ahora no aprenderas

La importancia del horizonte temporal en las finanzas

Mira.
Hice Administración y Dirección de Empresas, pero cuando salí al mercado laboral me di cuenta que podía llegar a no utilizar ni una décima parte de lo que había estudiado… como en el colegio.

Sin embargo, en una asignatura nos repitieron hasta la saciedad una única frase: «Vale más un euro en mi bolsillo que en el tuyo«
Y oye, tiene mucho sentido.
¿A mi qué me importa ese euro en tu bolsillo? ¿Y a ti el euro que tenga yo?

Bien.
Pues esta frase tan simple, y con tanto sentido… es la base del mundo financiero.
Porque si yo te doy mi euro, tienes que darme algo a cambio.

El corto plazo, o por qué todo empieza en tu día a día

Hay quien piensa que, para empezar a ahorrar… Tiene que tener dinero en el banco.
O ganar mucho dinero.

Está equivocado.
Estás equivocado.
Están equivocados.

Para empezar a ahorrar, y tener dinero, tienes que saber dónde lo gastas en tu día a día.
Después de todo, inviertes tu tiempo por ganar dinero. Y pagas a otros para seguir viviendo.
¿Te compensa todo lo que pagas… por cómo vives?

El medio plazo

Una vez dominamos el corto plazo, y no antes… hay que empezar a pensar en los objetivos a futuro.
Y es que hay mucha verdad en esta frase

La mayoría de la gente vive:
-Un 90% en el pasado
-Un 7% en el presente
-(Y eso sólo les deja un 3% para el futuro)

John STEINBECK – [El invierno de nuestra desazón]

Puede que pienses que no tiene ningún sentido que estemos pensando en lo que haremos dentro de cinco años, o cómo nos veremos en cinco años… si no sabemos lo que vamos a hacer para acabar el mes.
Pero, para poder saber cómo pasarás el mes que viene… Hay que organizarse un poquito este.

No se trata de un tema de visualización. Se trata de un tema de sumar y restar.
Si no sumas ni restas… Vivirás al día. Hoy. Mañana. Y dentro de tres años.

Hay distintos tipos de medio plazo.
En finanzas, es entre 18 meses y 5 años.
A mí me gusta considerar el medio plazo unos 5 años. O incluso 10, por si me duermo un poco en los laureles.

Eso sí, para conseguirlo en ese tiempo… no tengo que esperarme al último año.
Recuerda la historia de la liebre y la tortuga. Aquí, y puede hacerse igual de eterno… somos siempre la tortuga. Poco a poco, paso a paso. Mes a mes.

¿Que cómo me atrevo a decir eso?
Verás, cuando lees sobre finanzas, lo primero que te dicen es: Crea tu fondo de emergencia, eso que cubra entre 3 y 6 meses.
Y tú dices (tirando largo): «Vale, son unos 10.000EUR… fácil»

En un año no has conseguido ni mil euros.
Peor aún, no has conseguido ni 600, que sería algo tan fácil como meter 50EUR todos los meses en la hucha. Una propina semanal de 12,50EUR.

Con 15 años, te daban más dinero tus padres para pasar la semana.
Y te lamentas. Pero no haces nada más. Sólo te lamentas.

Lamentarse no sirve de absolutamente nada… si no haces nada para cambiarlo.

El largo plazo, y por qué empezarlo casi a la vez que los demás

Mira.
Con veinticinco años, yo era fan del alquiler.
No quería ser propietaria ni en pintura… Con eso te digo todo. Y era por algo muy simple…

Cuando empecé a trabajar, me pusieron a hacer lo que no quería hacer nadie en la oficina: Llamar a los morosos.

🙂

Pasar un año entero mirando los recibos de la gente que iban a tener que devolverse porque no tenían dinero en cuenta, y llamarlos para decirles que o ingresaban o lo devolvía y podían cortarles la luz…
O, mejor aún, sacando los recibos pendientes de préstamo hipotecario y decirles que o ingresaban o empezábamos por la vía judicial…

(Hablo de 2010, un año que se caracterizaba por la solvencia de la gente…)

No era agradable.
Ni cuando llevas meses trabajando… ni cuando llevas 20 años.

Eso me causó mucho rechazo. Yo no quería que el del banco pareciera el director del instituto y que acabara llamando a mis padres para decirles lo mal que me había portado. Imagino que… a ti tampoco te gustaría.

Yo en aquella época, a mis tiernos 25, vivía en un piso de las postguerra sin ascensor, que compartía con dos chicas más.
Y mi madre me preguntaba que si no era hora de que pensara ya en comprarme casa.
Cuando le dije que no compraría jamás… me dijo: ¿Y qué harás cuando te jubiles?

¡PLAS!
Bofetada de realidad al canto.

  • No ahorraba (ni me lo planteaba).
  • Me fundía la nómina antes de que entrara en cuenta (he llegado a saber que voy a cobrar comisiones y gastármelas antes de ingresarlas).
  • ¿Sería capaz de vivir en un piso compartido sin ascensor cuando no pudiera subir o bajar escaleras?

Espera un momento, que es más que complicado… ¿El gobierno se podría permitir pagarme una pensión, o yo tendría fondos suficientes para jubilarme… para pagar un piso compartido sin ascensor cuando esté tan limitada que no pueda trabajar?

Y dije: Tranquila mamá, que cuando gane más dinero… Me compraré una casa.

Aján… Si piensas así… Vuelve a ir arriba del todo.
Al corto plazo.
A la casilla de salida, y no hagas como en el juego de la oca.

Cubre el corto plazo.
Define qué quieres a medio plazo.
Y no dejes de tener un ojo puesto… en el largo plazo.

Herramientas necesarias para controlar tus finanzas personales

Puede que pienses que lo que estoy diciendo está muy bien.
Que tiene sentido.

Incluso puede que aparezca una espinita en tu cerebro que te lo recuerde unos cuantos días.

Sin embargo… si no empiezas a actuar, acabará olvidándose, porque tenemos demasiadas cosas en la cabeza, y priorizamos los fuegos.
Las urgencias.
Sean, o no, importantes.

Además.
Piensas que no tienes herramientas para empezar.
Después de todo…

  • Tu cuenta corriente te tiene miedo.
  • La tarjeta que usas está tan desgastada que acabas pensando que de un día para otro vas a tener que ponerle celo.
  • Los plazos fijos están muy mal, y no tienes conocimientos para invertir en fondos de inversión, acciones… qué decir de las cripto.

Quieres correr antes de andar… otra vez

Calculadora, papel y boli

Si al principio te decía que un niño de diez años puede manejar las finanzas personales… es porque es algo básico.
Tan básico que no te lo has planteado.

Porque es tan sumamente absurdo… que no caes en la cuenta.
Eh, no te sientas culpable… Yo lo fácil en los exámenes lo daba tanto por hecho cuando estudiaba, que pasaba olímpicamente de eso… y luego tenía un cero en la pregunta porque no me lo había ni leído.

Eso sí, en la vida real, adulta… No quiero suspender.
Que eso es peor.

Si has pasado olímpicamente de mi artículo «Maximiza tu nómina como si fueras una empresa»… Has hecho mal. Léelo ahora.

Y, una vez que sabemos cómo funcionan las empresas… Debemos empezar a pensar en nuestro dinero como nuestro empleado.

Porque para sumar y restar… Para mandar sobre tu dinero, debes considerarlo un empleado.
El mejor empleado que tienes.

¿Y quién es ese?
El que te da buenos resultados.

Si cuando sumas y restas, tus cuentas acaban en negativo… Hay que despedirlo.
En el caso de que acaben en cero… Tienes que pedirle más cosas.
Y, cuando empiezan a dar resultados positivos… Está cogiendo carrerilla para hacerlo bien.

No hay más.

El banco, ¿tu mayor enemigo? ¿O tu mejor aliado?

Reconozco que haber trabajado en un banco, haber estudiado sus productos en la carrera, entender cómo se crea el dinero… Ayuda.
Sin embargo, la mayoría de los que trabaja en el banco tienen los mismos problemas que tú.

Y es que la teoría, sin llevarla a la práctica… no vale de absolutamente nada.
Aparte de eso… un gestor comercial es sólo eso, un comercial.

Tiene unos objetivos como trabajador, y si no los cumple… lo echan.
Eso, a veces… crea un conflicto de intereses.

Y ojo, se puede vivir sin un banco hoy en día.
Mal… pero se puede.

Lo que hay que tener en mente es que… un banco, te da opciones. Eso sí, tu responsabilidad para contigo es saber cuál debes elegir, y en qué momento elegir esas opciones.

Para empezar, sólo necesitas dos cuentas y una tarjeta (o dos tarjetas, si son en bancos distintos)

La tarjeta, a ser posible, de débito. Que nos conocemos.
¿Por qué dos cuentas?
Para que una actúe como una hucha.

¿Por qué no vale una hucha normal?
Porque si tienes la misma voluntad que yo… acabarás robándole al monje. Como hago yo.

¿Qué monje? Este:

hucha
  1. Una cuenta para gastos
  2. Otra cuenta para ahorrar
  3. La tarjeta para utilizar… sobre la cuenta de gastos.
  4. (Y una tarjeta de emergencia… que sólo se use en caso de emergencia. Llámese emergencia que esté bloqueada la otra cuenta)

Si están las dos cuentas en el mismo banco… Verás que pronto empiezan a llamarte para ofrecerte cosas.

En el momento en el que ocurre eso, es cuando tú tienes que saber que te consideran un buen cliente.

Y eso sólo significa una cosa:

Aprende a negociar con el banco

Verás.
Cuando quise huir del mundo de la banca, pensé absurdamente que podría aplicar en cualquier departamento financiero en otras empresas… y me contratarían porque los que no han trabajado en banca… No van a negociar igual que alguien que sabe cómo piensan en banca.

Luego, hablando con una directora de RRHH, me explicó que como llevaba 7 años trabajando en eso, estaba encasillada como para sólo saber hacer eso.
¿Mi cara?
¬¬

Bien.
En la empresa que trabajo ahora, cuando aparece cualquier problema… no llaman al gestor sin antes preguntarme a mí.
Y nunca fallo. (Para tu información… Dejé de trabajar en finanzas en 2017)

Y cuando hay que negociar… Aunque sea para tener el famoso win-win (gano yo, ganas tú), tienes que saber cómo piensa la persona que tienes delante.
No sólo vale que sepas sobre los productos, que también es muy necesario (porque si no te pueden engañar como a un chino). Es que tienes que saber por qué te dice lo que te dice.

Esto te lo dice alguien que firmó una hipoteca sin comisión de cancelación… al 0,8% fijo. En 2021.

Si quieres aprender… Suscríbete.

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La ruta que hay que seguir en Finanzas Personales

Llegados a este punto, voy a explicarte a grandes rasgos cuál es la ruta que toda persona debe seguir para tener Seguridad Financiera.
O lo que es lo mismo, no sentir que eres esclavo de tu trabajo para poder vivir un día más… Lo que ahora llaman la carrera de la rata.
(Porque la libertad financiera, en sí misma, no existe)

Y, para eso, tengo un curso. Gratuito. En vídeo. Con ejercicios sencillos.

¿Qué se necesita?
Papel, boli, y acceso a internet.
Y rellenar este formulario, para tener acceso.

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