Una de las cosas que más ha cambiado mi capacidad de ahorro es una buena planificación a la hora de comprar. Por eso mismo, quiero compartirlo contigo ahora mismo.
Porque ahora mismo tenemos que saber cómo comprar en todo momento y, porque ante una situación de incertidumbre, cuanta más seguridad tengamos… mejor.
Te lo advierto, cuando leas este artículo puede que pienses que es algo lógico y normal, pero quiero que te preguntes al final del todo: ¿Yo lo hago? ¿Por qué no?
Y, si te atreves… lo compartas en tus comentarios.
Índice
Paso 1 – Coge papel y boli para apuntar
O utiliza una aplicación del móvil. Lo importante es que cuando vayas a comprar, tengas tu lista de la compra a mano.
Normalmente, si no lo apuntamos, vamos olvidando cosas que son importantes para la compra y luego vemos alguna otra cosa en el supermercado que compramos por impulso.
La semana pasada, por ejemplo, yo llevaba mi lista de la compra en el móvil para comida básica y, cuando iba a salir por la puerta, Enrique me dijo “¿Hacemos bacalao con pimiento rojo y tomate para cenar?”
Y, aunque le dije que sí (estamos llevando una dieta muy sana estos días), como no lo apunté en la lista… cuando estaba comprando se me olvidó. Es más, sabía que se me olvidaba algo, pero no sabía el qué… Y cuando subí dije: “Me cago en la p…”
Sin pescado para la cena nos quedamos. Todo por no volver a bajar a por una bolsa de congelados (fresco no había, ¡¡que encima lo jodido fue que había estado curioseando el pescado fresco!!)
Paso 2 – Separa la comida y los básicos del hogar
No te digo que bajes dos veces a hacer la compra, pero sí que te recomiendo que lo tengas en tickets separados… Sobretodo, si estás empezando con el presupuesto.
Lo cierto es que no compramos con la misma frecuencia lo que es comida de lo que es limpieza. A mí, las gamuzas para la mopa, el detergente, limpiacristales, un estropajo, o incluso el papel de plata y papel transparente, por no hablar del papel higiénico… me duran bastante más que un pollo o un paquete de pasta.
Igual algún producto puedo comprarlo cada mes, pero otros directamente es que los compro una o dos veces al año… Y esa diferencia en el gasto… cuenta.
¿Por qué cuenta? En el presupuesto, si haces una estimación del gasto en comida, y estás cogiendo los tickets del mes anterior para basarte en eso, y justo has tenido que comprar cosas que de normal compras cada 3 meses, estás incluyendo ese gasto extra en tu presupuesto que no sería real… Conforme va pasando el mes, y ves que estás gastando menos dinero en comida, tu cerebro empieza a emocionarse y, en vez de aplaudir porque estás ahorrando, lanza señales de “Mira, ¡que puedes gastar más en esto otro!”
No caigas en ese error… Además, de esta forma, con el tiempo, vas a ir viendo cómo es tu consumo y cada cuánto tiempo necesitas una cosa. Lo que es una ventaja enorme si no tienes mucho espacio de almacenaje (que más de una vez me he equivocado yo y he comprado dos veces papel de cocina, o papel higiénico… y con lo que ocupa, ¡no veas para encontrarle sitio en los armarios!)
Paso 3 – Mira tu despensa
Y con despensa me refiero a nevera, armarios (de la cocina o el pasillo), y alacena (si eres afortunado de tenerla 🙂 )
Si algo hemos podido aprender de la fiebre de las compras en esta crisis, es que compramos de más. Yo no lo he aprendido ahora, porque en parte no me dejaron muchas opciones al principio (no era lo mismo comprar a las diez de la mañana que a las seis y media de la tarde…), pero sí que he caído en la trampa más de una vez de, por no llevar una lista de la compra, duplicar lo que ya tengo.
Con la comida seca, o en bote, no hay mucho problema porque siempre es más fácil hacerle un hueco (y la fecha de caducidad)… pero con lo fresco… a parte de que puedes tirar muuuuuucha comida, que es lo mismo que tirar el dinero, es que el espacio es más limitado para guardarlo, y ya no tenemos la opción de dejarlo en el balcón porque hace un frío de pelotas.
Resumen hasta ahora
Para dejar a un lado el síndrome de diógenes de básicos del hogar, y de comida… hay varias opciones:
- Antes de hacer la compra, te pones en plan detective y vas analizando todos los sitios donde sueles necesitar cosas: armario de limpieza, baño, nevera, armarios, alacena…
- Tienes una nota en el móvil siempre abierta con el título comprar, donde vas añadiendo cosas conforme vas viendo que se van a acabar…
- Descargas mi “lista de la compra”, donde están prácticamente todas las cosas básicas de compra, y vas tachando cuando te quede poco. Así, antes de ir a comprar, puedes ver en vivo y en directo qué es lo que necesitas, y puedes ir comparándolo con lo que hay de oferta en los supermercados y tiendas, de modo que elijas dónde comprar y qué comprar.
Paso 4 – Mira las ofertas
Cuando ya sabes lo que tienes, ya sea en el congelador, nevera, etc… es hora de mirar las ofertas. Normalmente, vamos a un sólo sitio donde podemos hacer todo de golpe para ahorrar tiempo, en vez de adecuarlo a una rutina donde tengamos tiempo para coger realmente lo que tiene buena calidad y buen precio.
En mi caso, por ejemplo, que siempre me había criado con la marca Día (porque en mi pueblo el supermercado más grande es Día), hay productos que son muy básicos y que no sé vivir sin ellos. Lo he intentado, he comprado el mismo producto en otros, pero no es lo mismo.
Y estoy segura que a ti te pasa con alguno. Ya sea por la marca, por un cupón, porque tienes tarjeta de fidelización, te dan puntos de viaje… Si tuvieras todo el tiempo del mundo, te acercarías a comprar una sola cosa allí, y el resto en otro. Sin embargo, por no desplazarte… te resignas a todo del mismo sitio.
No lo hagas. Estás planificando con tiempo qué quieres comprar y qué quieres comer.
- Coge los catálogos de las tiendas, o míralos online
- Ya que quieres algo de una tienda concreta, comprueba si hay ofertas de lo que tienes en tu lista, y qué días van a estar activadas…
- Agéndalo y ve a por ello
Paso 5 – Juega con el efecto tiempo
Más que nada porque es más que probable que cuando vuelves del trabajo pasas por ese supermercado día sí, día también. O por tres de los supermercados que más te gustan. Pero no paras ningún día. ¿Por qué? Seguro que uno de los 5 días que hay entre semana tienes quince minutos para:
- Parar
- Coger lo que necesitas
- Pagar y marchar
Hay muchos que dicen que hay que hacer una o dos compras al mes, para no caer en la tentación de comprar lo que no se necesita por ir más veces.
Y yo me pregunto: Si yo tengo apuntado en el móvil lo que me hace falta, he mirado que hay oferta, y tengo el tiempo justo para coger esas 3 cosas que tengo que comprar y que están de oferta… ¿A qué fin voy a perder más tiempo paseándome por los pasillos para caer en la tentación de otras cosas?
Aplica la ley de Parkinson en tu beneficio. No dediques más tiempo del necesario al acto de comprar, para que no se expanda y pierdas ese tiempo tan valioso.
Paso 6 – No te olvides de la famosa frase: qué quieres comer hoy
Uno de los errores para acabar comprando de más es no saber lo que vas a comer cada día. Es más, no saber lo que vas a comer tiene muchas desventajas:
- Comes según tu estado de ánimo
- Repites comidas más calóricas (sandwich, pasta, arroz, pizza…) y olvidas la fibra, proteína… entre otras (verdura, variedad de carne y pescado, fruta…)
- Creas dependencia a los carbohidratos, y si no los consumes, te dan esa sensación de hambre tan mala.
- Si llegas cansado a casa, no te planteas cocinar para seguir una buena alimentación. Te conformas con lo primero que pillas.
- Gastas más dinero en comida hecha por otros (que no sabes ni lo que lleva de verdad)
- Haces la compra pensando en lo que vas a comer en ese momento, en vez de mirar primero si ya lo tienes. Vas por impulsos.
- Y un largo etc…
Te lo digo porque yo lo he hecho. He cometido todos y cada uno de los errores que he puesto arriba, y he sufrido las consecuencias.
Lo peor de todo es que me jode enormemente tirar comida. No por lo que vale la comida, sino por el hecho de tirarla… Y es que, si compramos sin saber lo que queremos comer, y luego cambiamos de idea sobre la marcha… vamos a tirar un mínimo de un 20% de lo que compremos.
Por la sencilla razón de:
Si a mitad de semana me apetece otra cosa que no he comprado, la compro en ese momento y listo. Y si vuelve a pasarme, no hay problema, vuelvo a repetir el mismo proceso.
Acabamos cumpliendo el error de hacer muchas veces la compra, pero no por el hecho de ir a hacerla, sino porque en casa hay comida suficiente, pero nos negamos a utilizarla. Y eso, es un problema de disciplina.
Como adultos, nuestros padres ya no nos dicen lo que tenemos que hacer (bueno, a veces sí, pero es más fácil no hacerles caso). Somos nosotros los que tenemos que decirnos lo que tenemos que hacer. Diciéndonos que sí a todo, nos malcriamos a nosotros mismos.
¿Te malcriaban tus padres? Entonces, ¿por qué cojones lo haces tú?
Conclusión
Si has mirado lo que tienes en casa, y has mirado las ofertas, cupones, descuenos… que te ofrecen las tiendas donde te gusta ir a comprar, es hora de que hagas tu plan de comidas.
Calcula la cantidad necesaria, si puedes hacerlo con lo que tienes en casa ahora (primero se gasta lo que hay, y se repone conforme se acaba), si te conviene reponerlo ahora o esperar un poco más (no hay oferta, estamos a finales de mes y vamos justos…), apúntalo en tu lista de la compra… y recuerda llevarla contigo.
Si tienes agenda, o un planificador, anótalo para que no se te olvide. Pon una alarma en el móvil que empiece cinco minutos antes de salir del trabajo, o si no vas a ir entre semana, piensa si te compensa más hacer la compra el viernes o el sábado (recuerda, tienes que tener tiempo para cocinar, y que no entremos otra vez en el problema de malcriarnos y decirnos que sí a todo…)
Porque tú, ¿cómo haces la compra? ¿Recuerdas las preguntas del principio del artículo? ¿Cómo vas a contestarlas?