Generalmente, sólo nos interesamos por las habilidades, o los famosos skills en inglés, cuando vamos a buscar trabajo.
De hecho, y para más inri, a mí me han querido tirar para atrás en una entrevista por sobre cualificación en perfil técnico, y de la misma forma me han pasado una entrevista por mi adaptación al entorno aunque no cumplía todos los puntos del perfil técnico…
Para que te hagas una idea, en una entrevista de trabajo que tuve, directamente, me soltaron: «He entrevistado a 12 candidatos que cumplen todos los requisitos técnicos que necesita este puesto de trabajo. Tú únicamente cubres la mitad. ¿Cuánto quieres cobrar?«
Imagínate, primero se te congela la sangre en el cogote, para luego empezar a bombear fuertemente.
¿Me está ofreciendo el trabajo? ¿Es mío? ¿Va a decidirlo el precio? ¿Pero cómo coño voy yo a poner el precio si vengo de otro sector? ¿Qué digo? ¿Qué hago? ¡Ay Satanás, llévame contigooooo!
Obviamente, todos estos pensamientos rayan la velocidad de la luz, porque no pasan más de dos segundos mientras mantienes tu cara de póker frente al que te entrevista.
Decidir qué hacer es algo complicado, porque luego… tienes que demostrar que efectivamente vales lo que has pedido… si te lo conceden, por supuesto.
No nos anticipemos, no empieces a frotarte las manos como si fueras el Sr. Burns y fueras a soltar un «Excelente«
Índice
¿Qué es una habilidad?
Se define la habilidad como la capacidad de hacer algo.
Una competencia.
Puedes hacerlo mejor o peor que alguien, que salga de ti mismo hacerlo… o, si te cuesta, que lo vayas perfeccionando a base de práctica.
Por poner un ejemplo, yo tengo habilidades musicales. Tengo eso que llaman oído, que como escuche una sola nota desentonar hace que se le erice la piel.
También tengo pulmón a pesar de fumar (mal por mí), pero no porque haya nacido con los de una ballena, sino porque he enseñado a mi cuerpo a que suelte el aire de una forma determinada, lenta y pausada, y sin forzar la voz (porque cuanto más la fuerzas, más aire sacas y menos pulmón tienes).
Habilidad nata
El oído se tiene o no se tiene, igual que el timbre de voz. Puedo usarlo mejor o peor, pero es algo que sale de mis entrañas. ¿Se puede entrenar? Sí, pero o lo entrenas mucho para que acabe saliendo como un hábito… o nunca será tu ventaja competitiva respecto a otro que lo tenga nato, porque mientras el otro lo hace sin pensar, tú pierdes un segundo pensando qué hacer.
Habilidad entrenada
La segunda habilidad es, para mí (y la gran mayoría), algo que se entrena. Yo lo entrené en natación. De hecho, quiero que te concentres en la forma en que respiras. ¿Cuando metes aire en tus pulmones… encoges la tripa? ¿O la expandes? Un dato curioso, y que no tiene nada que ver con esto pero me voy a tomar la libertad de decirlo… es que las mujeres, de primeras, respiramos mal, porque cuando inhalamos aire encogemos la tripa, reduciendo nuestra capacidad pulmonar, mientras que los hombres la hinchan, respirando hasta casi el diafragma. ¿Cómo lo sé? Porque cuando hice natación por mis problemas de espalda, nos lo explicó el instructor, y pasamos 2 meses prácticamente aprendiendo a respirar, para aumentar nuestra capacidad pulmonar nadando.
Te recomiendo que lo pruebes si haces algún deporte, porque ayuda a que te canses mucho menos… y vayas más rápido 😉
Pero volviendo al curro, ¿qué cojones tiene que ver esto con las habilidades profesionales?
Pues todo.
Los ingleses las llaman «soft skills«. Son aquellas que no tienen título, no requieren una especialización, y son muy complicadas de cuantificar.
¿Por qué? Porque son inherentes a una persona, y por ahora… no dan un diploma por este tipo de habilidades interpersonales. Básicamente, son una combinación entre las habilidades:
- Personales
- Emocionales
- Comunicacionales
Habilidades o competencias técnicas
Si las anteriores eran suaves, estas son las duras, las «hard skills«. Corresponden a un perfil técnico, tienes un título que acredita que lo sabes utilizar, o te hacen una prueba para que lo demuestres.
¿Cuántos memes hay sobre cómo hablamos el inglés? Es como si yo le dijera a mi abuela que me mande un correo electrónico cuando esté de vacaciones, cuando la pobre ni siquiera sabe cómo encender el ordenador.
¿Cuáles son las que importan? O las más importantes
Depende del puesto de trabajo, pero estarán en un 50-50 o incluso 70-30.
Ejemplo, contratación a un Técnico de Recursos Humanos
Una competencia técnica fundamental va a ser tener un título en RRHH o relaciones laborales, conocer el funcionamiento de un ordenador (el sistema siempre es un plus estupendo, ¡pero cada empresa es un mundo!), conocimiento del mercado, estrategias de contratación, cómo hacer nóminas, legislación sobre el trabajo…
Sin embargo, las habilidades interpersonales para una persona de recursos humanos son mucho más importantes. Liderazgo, cómo aprender nuevas habilidades, capacidad para ver si mienten o no cuando los entrevistas, una actitud positiva, ser capaz de resolver problemas… entre otros.
Ejemplo, contratación de un comercial
El producto y la industria los puede conocer más o menos, pero se aprende a base de machacarlo y machacarlo hasta la saciedad. Sería el perfil técnico
Sin embargo, si le da miedo cerrar una venta y las acaba dejando abiertas… no sólo es que no lo contratarán o lo echarán si no cumple, es que va a sentirse desgraciado allá donde vaya con ese perfil profesional. Y eso, repercute en resultados, entrando en el círculo vicioso.
Por este motivo, hoy vamos a centrarnos en las competencias sociales, o soft skills.
Habilidades de comunicación
Seamos sinceros…
¿Has tenido alguna vez un jefe que se negaba a escucharte? ¿Que te hacía oídos sordos? ¿Un compañero que no sabía cuándo debía ser sociable y cuándo ponerse a trabajar? ¿Alguien al que prácticamente no le has escuchado decir una palabra?
Para la comunicación siempre nos han dicho que hace falta un emisor, un receptor, un canal y un mensaje.
A veces, esa comunicación puede fallar por el canal (mala cobertura, ruidos externos, servidor de correo electrónico…) o por el mensaje (lenguaje complicado hasta el punto de no entenderse, una gracia mal interpretada…).
Sin embargo, cuando falla por el emisor o el receptor… el problema es la habilidad de esa persona.
Tu misión
Suplir ese defecto con tus habilidades.
Y es que elegir el mejor momento para hablar un tema complicado, las palabras adecuadas, el tono y lenguaje apropiado…
Habilidad para escuchar
No es la primera vez que hablamos de la importancia de escuchar, bien para no malinterpretarlo, bien para no perder el tiempo, bien para no dañar a un compañero… Es más que importante escuchar para entender lo que ocurre, y cómo tener capacidad de reacción.
Además, es aplicable tanto si acabas de entrar en la empresa como si llevas más de 5 años en ella, tengas o no un rol nuevo
Eres nuevo
El primer día, e incluso la primera semana, suele ser horrible.
Demasiada información, presentaciones… puedes llegar a marearte, más aún si es tu primer trabajo, o cambias de sector radicalmente.
Escucha y aprende.
Tómate ese tiempo de cortesía para escuchar a tus compañeros, saber qué hace cada uno, hacer preguntas sin descanso, ver en qué puedes ayudarles.
Si les ayudas, ellos se verán agradecidos y tú empezarás de menos a más, afianzando los conocimientos más simples primero.
Además, te darán información de valor, así como consejos sobre cómo hacer las cosas de una forma u otra (a cada uno nos gusta hacer las cosas de distinta forma), para que tú elijas la que más te gusta a ti.
Eres veterano
Cuando llevas cierto tiempo en una empresa, parece que lo sabes todo. Conoces al que se escaquea a fumar, al que le gusta tomarse más de un café para tener más descanso, quién es el que más tiempo pasa tras la pantalla del ordenador, quién es el que antes resuelve los problemas… Vamos, sabes todo lo necesario para que pueda funcionar el departamento o incluso la empresa.
Bueno, eso es lo que tú te piensas… Porque, ¿te has molestado siquiera en contrastar esa información? ¿Has escuchado que alguno se queje del resto? ¿Puede que el que más rato esté tras la pantalla pierda demasiado tiempo en pequeñeces y por eso tarda más tiempo? ¿El que lo hace rápido lo hace bien, o luego hay otro que tiene que salvarle el culo y por eso va más retrasado con lo suyo?
Estas preguntas son básicas para una persona con mentalidad de líder. No sólo ve cómo actúa la empresa, se preocupa de enterarse que es tal y como aparece en su cabeza y que haya un equilibrio. Hay gente que quiere un puesto de trabajo y se enfada porque se lo dan a otro, pero no sabe el motivo y no se preocupa en preguntarlo. Simplemente se queja, se enfada, se quema poco a poco…
¿Por qué es tan importante escuchar?
Escuchar es importante porque te da capacidad de acción, de hacer lo que quieren que hagas, y sin que te lo tengan que decir muchas veces.
Y luego, si no hay recompensa, puedes solicitarla con argumentos sólidos.
Habilidad para hablar
Clientes
Si algo aprendí cuando trabajaba en la banca, es la importancia de eliminar las palabras negativas en un correo electrónico, o incluso en una llamada .
Palabras prohibidas como: no, pero, sin embargo…
O, por el contrario, cómo cubrirte las espaldas con los condicionales: debería, en principio, podría…
Hay que ser respetuoso, responsable y profesional. Nunca prometas nada que no dependa de ti exclusivamente, y que estés dispuesto a hacerlo.
Compañeros y jefes
Como he tenido que cambiar varias veces de empresa por hacer sustituciones, sé que es más que necesario que te sientas con la libertad de preguntar, tanto para las dudas como para lo que crees conveniente para ti y para el equipo, porque muestras una actitud positiva hacia el feedback y el aprendizaje, y es valorable.
¡¡Alto!!
Sobre todo, si eres nuevo, alguna de las preguntas prohibidas al principio (y a tu jefe, y/o en la entrevista de trabajo son):
- Cuantas horas médicas/vacaciones me corresponden
- Cuánto se cobra
Son preguntas muy típicas, y de novato, en respuesta a la pregunta trampa: ¿Alguna pregunta?
A eso, contesta siempre: ¡Seguro que cuando empiece no paro de hacerlas!
Saber diferenciar el contexto
No hablo de, por ejemplo, cuando mandas un correo electrónico o un WhatsApp, en el que permiten acortar las palabras sin problema, a cuando escribes una carta de presentación en la que tengas que ser más correcto.
Sin embargo, la forma en la que por ejemplo, hablarías con un familiar, o tu pareja, o un amigo de toda la vida, no es la misma que la que usas para hablar con tu jefe, o un cliente importante.
Hay que prestar atención, siempre, sobre la forma en que nos expresamos, ya que una llamada puede marcar la diferencia. Hace un par de años, escuché a un compañero decirle por teléfono a un cliente: «Creemos que este producto te puede encajar…»
¿Perdona? ¿Traigo el calzador y probamos, Cenicienta?
Esa simple palabra da la sensación de endosar, endiñar, prueba y error… Tal cual colgó, lo cogí por banda y le dije: Tronco, ya puedes ir cambiando esa frase a «Considero que nuestro producto se adapta a lo que necesitáis para…». Apúntatela en un papel y léela si es necesario, pero ni se te ocurra volver a decir «encajar»
Y no sólo eso… ahora, que cada vez utilizamos más las redes sociales, un tono puede ser interpretado totalmente diferente de como lo «dices» tú, a como lo «oye» el otro (o escribes y lee), únicamente porque no sabe tu tono de voz.
Hazte estas preguntas
Para empezar a mejorar tus habilidades comunicativas… Empieza a analizarte:
- ¿Qué lenguaje usas? ¿Cercano? ¿Correcto? ¿Los conoces? ¿Mucho o poco?
- ¿Te disculpas demasiado?
- ¿Das a la otra persona el espacio que necesita? ¿O el que crees que necesita?
¿Las compartes con nosotros?